lunes, 17 de mayo de 2010

sangre


Sangre…

La gente a la gente, los gusanos a los gusanos
Los gusanos a la gente y la gente a los gusanos
Mostrencos en el tanatorio
Nos mordemos, aullamos y chillamos
Donde está la luz de la que hablamos

Levantas el cuchillo con la facilidad de los mortales
Esparces tu jugo de odio encima de los pasos que andamos
Somos tan distintos y a la vez tan iguales
Me miras cuando te miro y luego me evades
Estremeces mi piel con el sigiloso rose de tus fauces

Carmín de sangre, si carmín de sangre
Rubicunda exaltación del ser, de tu ser
De tu existencia, de tu forma emanas tan completa
Tan amarga tan viscosa, tan perfecta, tan roja
Y te esparces por la tierra tiñéndola, grabándola de muerte

Me desvaneces mientras desapareces
Mientras te secas en las piedras
Dibujando reminiscencias, retazos de mí presencia
Latido, latidos, opacos latidos desconsolados
Que me asedian, que se llaman ausencia







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