Musas y demonios
Dejemos que la musa descienda
De entre las nubes inmensas
O emerja de las tinieblas
Dejemos que venga, de mis vidas, ó, de mis muertes
Que este demonio acorazado
Se deslice entre las rejas
Que la musa en el tiempo camine por sus puentes
Dejemos que escale la montaña del mañana
Con el demonio al compás de la noche acompañada
Con las copas del veneno que nos encanta
Que ascienda la musa
Desde la fosa de la angustia
Esperemos que llegue,
Y con su tenebrosa boca, me bese los labios
Mientas martillea en mis venas sus clavos
Y libera sobre los oscuros peldaños
Versos acerbos, solitarios y enamorados
Recuerdos atrincherados
Atormentados esclavos
Que venga mi musa, con sus alas de vida
Y sus garras de muerte
Con sus zarpazos inermes, y su vuelo inclemente
Que venga como los hambrientos niños
Con sus manos apresadas por los grillos
De la tragedia y los mundanos conflictos
Que llegue mi musa, y despierte mis delirios
Que llegue y rasgue estas prendas, estos gritos
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