lunes, 28 de septiembre de 2009

Cartas a ti




Otra copa de veneno

Cantinero, otra copa de veneno
Quiero enfocarme en la parte de mi corazón
Que dice aun la quiero

Cantinero otra copa de veneno
Que ataque por dentro
Destruyendo de ella cada fragmento

Borrando todos sus recuerdos
En las laderas de mis lamentos
Cantinero, otra copa de veneno

Sin ti…
Quiero el veneno sentir

Sin ti quiero el veneno sentir…

Cantinero otra copa de veneno
Quiero intoxicar mis venas
Y arrancarme todas las penas

Elixir de la soledad
En mi sangre te dejo entrar
Me acostumbre a estar sin felicidad

Solo quiero olvidar
Dejar el pasado atrás
Que el viento se lleve las migajas del camino

Cantinero otra copa de olvido
Sin ti…
Quiero el veneno sentir

Sin ti, quiero el veneno sentir





Me buscas

Me buscas cuando te sientes sola
Pero no te importa mi soledad
Me llamas cuando quieres calor
Y no te importa mi frío

Vienes a mí en busca de cariño
Y siempre me quedo vacío

Me buscas para estar bien
Ignorando mi dolor
Dices que sufres sin mí
Y yo muero contigo
Muero por ti
Dices que no eres para mí

Cuan cruel este delirio
Eres mi castigo



Todo acaba
Entre estas rejas
Sin luz, en ascuas de amor
Con la mezquina ilusión que se acabo

Voy a serte franco, con este, te quiero
No suplico besos
Ni sonrisas forzadas
Ya no más, cuentos de hadas

Hay lágrimas escuetas, en la orilla de mis lamentos
Que quieren creer en milagros
Mientras la nostalgia, se frota las manos

¿Recuerdas al mañana?
Aquel que nos dibujábamos entre las sabanas
Aquel, que inmisericorde, le quitaste las ganas
Es ese mismo mañana, el que otra luz me regala

Una sin ti, hermosa…
Mi corazón es un mártir
Y el dolor se niega a partir

Pero debo decir adiós, aunque no quiera
Debo aceptar, que no hay cancerbero en mi celda
Solo este amor, que a su tumba el ayer le lleva ofrendas
Este insensato amor, que muere en su trinchera


Así te envío estas letras cariño
Así tal y como las escribo
Sin reparar en lo omitido
Ni remendar lo dicho
Así para ti, desde la brecha entre el calabozo y la luz
Así de entre las tinieblas en este laberinto





Poema sangrante

No me digas que me quieres
Si no lo sientes
No se que pretendes

No me muestres tus lágrimas
Si son tan vacías
Si las manipulas como hojas de cuchillos

Si tus emociones son títeres
En tu cara dibujos de lo que quieres que vea
Y por dentro solo son enseres
Bártulos amontonados de una tragicomedia
Con titulo Vivir muriendo, o, Soledad si lo prefieres

Guarda tus palabras sangrantes
Guarda ese veneno para ti
No me acorrales en el antes
De cuando lo daba todo por ti

Hoy aquel amor ya no recuerdo
No es por ti que mi corazón sigue latiendo
Guarda esas palabras hirientes
Déjalas en un rincón pues son inermes

El tiempo me hizo una coraza contra ti
Puedo ver lo que antes no vi
Ahora entiendo que en tus redes me perdí
Pero de aquella prisión pude salir
Y hoy mi libertad extiende sus alas lejos de ti

domingo, 20 de septiembre de 2009

¡Este perro azul!


capitulo de mi condena y mi querer...



Estoy yo con la botella de vino. Sentado en aquel parque. Con los ojos cerrados escucho glory box de portishead. De repente llega ella. Me llama con esa sonrisa tan ajena. No se hace cuanto ya que nacio mi pena. Una cancion en mis lágrimas habla de t ...i... y solo de ti.

Que el perro azul descienda de su nube


De cuando duermo y mis ojos ven...

Sueños de venenos y espinas. Sobre el lomo de perro azul, desde las nubes admiro mis pesadillas. Estoy en una caja. Grito y el eco rasga mis oídos mientras llora mi garganta


El hombre y la prisión

Vemos una mujer podría llamarse Vanina (realmente eso no tiene importancia). Lleva puesta una blusa rosa de botones blancos. Los dos primeros botones están desabrochados, dejando ver parte de sus pechos. Su cabello azabache esta recogido, grandes son sus ojos y de un color miel poco común. Es alta y delgada su piel es blanca y su mirada entre ausente y triste es fija. Tiene puesta una falda negra y zapatos del mismo color. Lleva poco maquillaje, sus labios carnosos son rojos como el rojo en sus largas uñas. Al rededor de su muñeca derecha lleva una cadena y colgando en ella una llave. Seguimos sus pasos. Camina en la llanura de un lugar desértico.

Hacia donde se dirige ella podemos distinguir una figura opaca. Parece una persona… quizás un hombre. Ella se acerca cada vez más y conforme se acerca aquella pálida silueta aparece totalmente resuelta. Y si, es un hombre esta de rodillas. Lo primero que salta a la vista en el son las marcas en su tobillo izquierdo declarando una lucha contra el grillete que lo aprisiona. Sus manos no aparecen las tiene hacia atrás esposadas y arrimadas a su espalda. Con la cabeza inclinada se balancea de un lado hacia otro, hacia delante y hacia atrás, como intentando mantener el equilibrio. Ella se le acerca y del pelo levanta su cabeza. El parpadea forzadamente, mientras deja salir un leve quejido, le duelen los ojos. En su rostro se nota un gran cansancio. Tiene una barba espesa y esta desnudo.

Ella
¿CUANTO MÁS DEBO ESPERAR POR TI?

Hombre
YA TE DIJE QUE NUNCA ME TENDRAS. ES ABSURDA TU ESPERA. SON ABSURDOS TUS ESFUERZOS. ESTA MI CELDA ES TAMBIEN TU CELDA, ESTOY HARTO DE QUE ENCIERRES TUS MIEDOS EN MI DE QUE BOSTIQUEs TU SOlEDAD Y NO BUSQUES TU VERDAD…

De repente tras el hombre aparecen unas alas enormes que nacen de su espalda. Ella se aparta. El hombre eleva su mirada hacia el cielo y grita mientras sus alas se agitan mira la una y mira la otra y poco a poco las agita con más fuerza. Sus alas tienen plumas negras y otras blancas. Intenta ponerse de pie pero le fallan las fuerzas, hace un segundo intento y apenas lo logra. Esta a punto de caerse, parece desorientado. Grita con todas sus fuerzas y empieza a elevarse sus cansadas alas se agitan y se levanta hacia el aire unos pocos metros mientras del piso levanta polvo. Ella sube las manos frente a su cara como que protegiendose, mientras entrecierra los ojos para poder mirar. El hombre empieza a alejarse mas del piso y quiere volar se eleva unos metros mas pero cuando parece que llegara mas lejos intempestivamente una cadena lo detiene. Grita desesperadamente revoloteando y grita más. Agarra el grillete con ambas manos intentando inútilmente arrancarlo, pero no puede y frágil cae estrepitosamente al piso y se arrastra. Las palmas de sus manos sangran vemos como toma la cadena y la aparta... Ella camina a su alrededor mientras el hombre intenta reponerse. Ella lo apunta con el dedo y se ríe, el se arrastra en el piso y ella se ríe, se ríe con fuerza con sus manos contra el pecho y desde su pecho podemos ver ensangrentada el nacimiento de la cadena que aprisiona al hombre. Y ella ríe… Ella ríe… y LLORA
El cuadro en la pared

El anciano mira el cuadro en la pared. El cuadro en la pared mira al anciano, la mujer sube los peldaños con el cuchillo en la mano. La puerta negra, la manija que se desliza silenciosa. El anciano leyendo la obra sobre el sofá, Su nuca que se resuelve en una calva que se oculta bajo un sombrero de paja toquilla, los tabacos marca ¨Rey¨ aun están a la mano, agarra uno sin saber que será el último. La mujer se acerca sin levantar sonidos del piso, (ninguno que el pueda escuchar). El cuchillo se humedece mientras dibuja una línea roja en la garganta del anciano. La novela cae al piso en la pagina del ultimo capitulo. FIN En letras de sangre irónicas. La mujer mira el cuadro en la pared, el anciano mira una difusa forma que se borra. Es ella con el cabello suelto.





La pecera

El niño que lloraba acorralado y atrincherado bajo su cama mirando por la brecha entre las sabanas y el piso las sombras que caminaban, que luchaban, que gritaban. Esa noche soñó con peces en una pecera gigantesca. Eran peces diminutos, cientos, no, miles de ellos que destrozaban y engullían todo lo que caía en el interior del recipiente, ahí cayo su perrito de peluche, el no había podido salvarlo y el agua del estanque se tiño de rojo. Entre sudor frió abrió los ojos, al despertar la realidad no era mucho mejor que el cuadro en su pesadilla, los mismos gritos de siempre, insultos, jadeos y llantos. El intentaba sellar sus oídos con las manos pero no conseguía acallarlos, quería pensar en otra cosa, intentaba ser fuerte como le había dicho su profesora en la escuela. Entonces los gritos se hicieron más pujantes, una lucha se sentía en la casa, se oyó el crujido de madera y vidrios rompiéndose, entonces una tinca de desgracia recorrió la espalda del niño que sentía mucho miedo, un temor que se precipitaba en su pequeño y acelerado corazón. Luego golpes secos y quejidos, lamentos intermitentes que se perdían en el vació de un silencio repentino. El pequeño no sabia si salir o quedarse, era otra víctima en esa guerra siniestra. Finalmente entre las dudas y el miedo, se armó de valor y salió de su habitación para saber que ocurrió, llevaba puesta la pijama azul que días atrás su madre le regaló, agarró a su perrito de peluche y lo abrazo contra su pecho como que sintiéndose mas seguro y protegido con el. Bajo con sus pequeños pies descalzos los escalones de las gradas que daban hacia la cocina de su casa, al llegar se asomó por el borde de la pared, entonces se encontró con aquella escena, sentado con las manos llenas de sangre sobre su cabeza junto a un cuchillo estaba aquel hombre y a unos metros de distancia derramada sobre el piso toda llena se golpes y sangre estaba su madre que daba sus últimos respiros mientras su mirada se nublaba y se caía en la oscuridad, en esa eterna penumbra, un ultimo atisbo de luz se perdía y sus ojos en el momento antes de cerrarse para siempre se estacionaron estáticos en la figura de su pequeño niño que la miraba perplejo.

Su cuerpo se quedo en un caos interno, en un marasmo con un nudo en la garganta, indefenso sin poder reaccionar, sin poder moverse, el niño ahí de pies mirando a su madre muerta, entonces el asesino lo noto ahí mirando asustado, se levanto y fue hacia el gritándole que se fuera, el chiquillo no atinaba a hacer nada, era como si el silencio se hubiese apoderado de el, un tenebroso silencio, ¡vete a tu habitación! Gritaba el hombre, el niño entumecido por el miedo apenas pudo levantar a su perrito que había soltado cuando encontró a su madre en el piso, lo levantaba y sentía que las lágrimas se apoderaban de sus ojos, el hombre histérico le arrebato el peluche de un golpe ¡deja eso y vete de aquí! Miraba el niño a su perrito manchado de rojo sobre el suelo tan cerca de su madre muerta ¡que te vayas o te pego a ti también!...

De ese fatídico momento aquel niño ya no recuerda nada más, tenia 6 años el día de los sucesos, al despertar después de esa noche estaba en otro sitio, oficiales de policía y una mujer de blanco le hablaban y lo protegían, jamás volvió a ver a sus padres. Hoy luego de 26 años aquellos momentos fatales aun lo persiguen entre sueños. Paso años yendo de un lugar a otro, teniendo una familia y luego otra, sin encontrar su sitio en la vida, abandonado. Por fortuna encontró una pareja que lo adopto a la edad de diez años y pudieron resarcir en algo todo su sufrimiento. Estudio y se convirtió en el oficial de policía Carlos Guillen amado por su nueva familia y querido por amigos y conocidos, pocos sabían acerca de su terrible pasado, hasta la tarde en que entro al quiosco de doña Peto, agarro un refrigerio pues debía patrullar la zona durante todo el día, se acerco a la caja registradora para pagar y delante de el estaba un hombre con gorra mas o menos de su estatura, cuando lo escucho decir gracias sintió que su corazón se derretía en su tórax y un escalofrió se apoderaba de su erizada piel, luego el hombre giro con una bolsa en las manos y miro a Carlos de frente, tenia una barba espesa y de inmediato le alejo sus ojos, saliendo por la puerta corrediza de vidrio. ¡Hola Carlos! ¿Cómo te va?, ¿En qué puedo ayudarte? La voz de doña Peto llegaba lentamente hasta donde Carlos, ¿Quién era ese hombre? Pregunto, no lo se al parecer un forastero, no creo haberlo visto antes fue la respuesta de la tendera, Carlos dejo su compra sin comprar arrojada sobre el piso de la tienda y salio entre nervioso y ansioso. El hombre no estaba, subió a la patrulla y empezó a circular por la calle hasta que lo pudo encontrar caminando sobre una acera a la vuelta de la manzana, detuvo violentamente el auto y arrincono al hombre, ¡quieto ahí!
¿Qué ocurre? yo no e hecho nada decía el impresionado sujeto, dime tu nombre exigía Carlos, ¡¿Quién eres, maldición?! El tipo no hablaba solo lo miraba con una cara atónita y estupefacta, entonces Carlos lo agarro bruscamente y lo metió en la cajuela del carro. Condujo hasta las afueras del pueblo sobre un sendero oculto entre el bosque, bajó del auto empuñando su pistola, abrió la cajuela que retenía al hombre de barba, lo sacó y lo condujo hasta la orilla de un peñasco. Los ojos de Carlos se habían llenado de lágrimas y respiraba apuradamente, ¡Eres tu desgraciado! Carlos miraba a aquel sometido hombre y miraba a la vez a su madre muerta derramada en el piso de la cocina, a su perrito de peluche junto a ella y al asesino que le gritaba, ese asesino que en ese momento delante de el años después en aquel solitario bosque simplemente observaba cabizbajo, de repente de su boca salieron melancólicas palabras. Estaba esperando que este momento llegara hijo, no servirá de nada decir perdóname, solo has lo que tengas que hacer… Un estruendo asusto a las aves que se apartaron volando de los árboles, olor a pólvora tras la bala que proyectada hacia la cabeza del hombre lo redujo a un cuerpo sin vida. Carlos de rodillas con el arma caliente junto a el lloraba, luego arrojo el cuerpo por el barranco.

La noche antes de encontrar a su padre Carlos había soñado con una pecera enorme llena de miles de diminutos peces que destrozaban y engullían todo lo que caía dentro de su estanque, entonces Carlos se arrojó el mismo en el recipiente, los peces le mordían y arrancaban la piel mientras el agua se teñía de sangre.

de la travesia del Sr Magrand



Retomando el tema, Sr Magrand y segun este informe. Resulta que usted creyo estar dormido y al despertar resulto que estaba Ud. muerto. Es asi Sr Magrand...

Si, si efectivamente y..

Por favor Sr Magrand limitese a responder la pregunta. Ahora digame ...recuerda Ud ¿Qué estaba haciendo antes de estar dormido?



M capturado

El joven M en una tormentosa noche castigada con la ausencia de la luna
Vertido en una redoma pestilente de sangre, lagrimas y llagas
Sudando, sin luz en ese estanque fúnebre, las yemas de sus dedos descubrían el hueso

Solo cielo, solo arena… solo M, en la tierra, en su duna
Ahí con su sentencia, después del fuego que desgarro su piel con negras llamas
La locura apresando su mente y sus recuerdos, demonios consumiendo su seso

Aun la bestia recorre sus venas, aun se arrastra hasta su boca con espuma
Grilletes sujetando sus muñecas, desnudo entre murallas
M ya no es el, ya no es el que desgarraba, besaba y mordía, ahora solo es el taciturno preso

Preso en la jaula de la tortura, alejado de su amada noche, de su amada luna
Porque nadie nunca comprendió la libertad que se regocijaba en sus garras
Entonces lo persiguieron, lo fenecieron más por envidia que por miedo

Y lo ataron con furia, lo juzgaron y sentenciaron sin atrición alguna
Jactándose de haber capturado a la bestia, al caballero de las caricias ensangrentadas
Pero son ellos los que sufren, encerrados en sus propias cárceles reprimiendo sin el… su feroz deseo…

D E S E O

D E L U N A…

D E L U J U R I A…

D E S A N G R E… D E C A R I C I A S P L A S M A D A S C O N F U R I A

Mueren sin el

Ilusos…

Decaen sin el

Porfiados

Es su noctámbulo beso el numantino deseo de sus cuerpos…

Perezcan en el fuego sin su amante… amados

los que estan, los que se fueron




Los que se quedan, los que se fueron

Los que se quedan
Recogiendo lágrimas de piedra
Que por el camino sus pasos tropiezan
Ocultando las flores, de la venenosa hiedra

Los que no están
Y tras su figura difusa van dejando suspiros
Los que se van detrás de algún sueño y rompen otros

Los que estamos
Y en el suelo derramamos el sudor de la esperanza
Los que se fueron
Como contrapeso de esta absurda balanza

Y en sus maletas
Las sonrisas de los hijos
Obligados ha crecer y olvidar las historietas
Que por mundanos conflictos dejan de ser niños

Los que estamos, en una orilla
Con los corazones sufriendo grietas
Intentando que la niebla no nos quite la otra orilla

De los que no están
Y por una línea de teléfono gritan un te quiero
Con el nudo en la garganta escuchan
Que el tiempo se va muriendo

Los que se fueron,
Los que están,
Los que vienen
Los que se van…

Los que aun recuerdan
Los primeros pasos
De un chiquillo hacia sus brazos
Y se encuentran con alguien que ya camina
Hacia sus propios lazos

De esta historia, de esta vida
Que separa nuestras manos
Y la familia destruida entre marasmos

Y ¿De quién la culpa?
Quien entiende por que los unos victimas
Y los otros villanos
Si al final de cuentas, somos todos hermanos

Los que nos quedamos
Y los que se fueron
Los que esperamos
Y los que viajan entre sueños montados en un ¨Te Quiero¨

viernes, 18 de septiembre de 2009

poema de la soledad




Poema de la soledad

Despertar sin más que la nada arañando mi ventana
Miro allá, a donde la bruma se escapa
Y es capaz de darme, lo que no me da nadie
Quiero ser solo yo
Y de este cubo mudarme
Arrancando lo que no se llevo nadie

Son luchas cotidianas
Que a veces parecen frías esperanzas
Cierro los ojos y espero de los sueños la llegada
Cierro los ojos y espero poder ver entre las brasas
Los corazones viven entre murallas
Envenenados con necias palabras

Hojas secas vuelan por mi ventana
Miro al sol darme la espalda
Y a la noche ceñir su falda

¿Dónde estar si ya no queda nada?
Si no hay lugar ni camino
Despertar no se trata del destino
El ahora es mi mejor amigo
Y mi peor enemigo

El reloj me susurra
Versos que esclavizan
Dejando que la sangre se escurra
Entre segundos inconsecuentes
Llenos de fantasmas y grilletes
De ganas de volar y sueños inconscientes

Dibujan libertad
Los contornos de un ¨Me Quieres¨
Y me aferro a unos labios de canela
Para no soltar lo que queda de mi ausencia

jueves, 17 de septiembre de 2009

quiero creer


Quiero creer

Tal vez volverás, quizá en mi última lágrima
Quiero creer
Que eras tú
Quiero creer
Que fuiste tú

No quiero empezar a recordarte
Quiero que estés
Que vengas a mí
Quiero estar en ti

Alguna vez fui tus caricias
Amor…
Quien estará cuando no estés
Si tu no estas, tampoco yo
Tampoco yo…

Quiero creer que volverás
Quiero pensar
Que tu ausencia nunca me va a alcanzar
Quiero quedarme en ti
Quiero quedarme en ti

Quiero creer
Que la soledad será de los dos
Que estarás en esta noche conmigo
Y mi espíritu a tu abrigo
Quiero encontrarme entre tus manos y volver

Quiero salir atado a tus besos de este abismo
Quiero creer
Quiero creer
Que volverás
Y quedarme en ti
Volar lejos de aquí…

lunes, 14 de septiembre de 2009

angel que se pierde




Ángel que se pierde

Con sus ojos profundos
El tiempo te mira. ¡Te acusa!
Sentado en la otra orilla buscas una excusa
Para no llorar. Las tinieblas aparecen cuando abres los ojos
Y te atrapan. Tu mañana se convierte en desesperación
Sentado en el rincón sobre aquel sofá viejo, buscas sosiego
Y no esta. La muerte su presencia te recuerda
Ata tu alma con su fúnebre cuerda
Te arranca la piel y en tu corazón se interna

¿Quien eres tú?
Buscas en todas direcciones y no encuentras respuesta
En el infierno tu vida es la gran apuesta
En la orilla de tus recuerdos los fantasmas hacen fiesta

¿Ha donde has ido?
Entre el fuego negro te has perdido
Mírala allí. Su corazón es un mártir
Tu delirio entre sus garras arropo su destino

Vuela el demonio con tu sudor frió
La soledad te acoge a su abrigo
Pero en tus venas asoma una tinca de odio reprimido
Y te encuentras contra el piso por la noche oprimido

En esta cárcel de demencia
Ocultando tus lágrimas y pidiendo clemencia
Pero ella ya no esta. Desaparece entre el arroyo acre
Con sus ojos cerrados y acerbos, con sus labios rojos y ajenos
Tu demonio le abre la puerta. Ángel derramado que se consume en el infierno

Vestida de muerte y en el olvido sus latidos
Cada paso que diste la acerco al abismo
Y ahora desde la oscuridad lanzas suplicas y gritos
Las yemas de tus dedos se desfiguran entre fallidos intentos
Solo ella miraba lo que fuiste al verte. Solo ella soñaba con no perderte
Ángel derramado que se consume en el infierno. Ángel derramado que encierras inerte

natural



Natural

Mire tus ojos
Desde el rincón de mi tristeza
Y la transformaste en alegría
Era la noche tan fría
Y tu fuego la hizo día
Día que se hizo nuestro
Entre el humo y la fantasía
Entre hojas secas y poesía

De la madre tierra
Crecía
Este sueño de verte mía
Y tus besos
Hicieron que despierte la pasión en mi vida
Mi dama altiva
Princesa del viento y de la arena

Bella que entre nubes me eleva
A las alturas donde nadie nos mira
Donde somos dueños del aguacero
Donde entre mis brazos te digo
Te quiero
Sobre las hojas secas
Viajando con el viento
Amarte es el mejor sentimiento

martes, 8 de septiembre de 2009

ven junto a mi


Ven junto a mí

No me atormentes con palabras así
No me demuestres que eres para mí
Yo solo quiero que te quedes aquí
En este día, en esta noche, se para mi
Bajo la luna, no hables más y ven junto a mí

No quiero promesas
No quiero infinito ni la eternidad
No quiero que jures que esto es verdad
Yo solo quiero que en este instante
Estés junto a mí

Dame caricias
Déjame ver. Tus ojos brillan
Te quiero así
Besar tus labios y dejarme en ti
No necesito que el cielo venga
Contigo iré hasta allí

No quiero infinito
Te tengo a ti
Eres mi estrella
Lo demás es baladí
Deja mis manos bailar en ti

Que el día venga
Tu piel me sostenga
Mis brazos te aferran
En esta noche se para mi
Bajo la luna. No hables más, ven junto a mí






lunes, 7 de septiembre de 2009

olvidarte nunca


Olvidarte nunca

Olvídate de las cartas
Se que fueron tantas
Hay que tener en cuenta
Que el tiempo es tiempo
Y jamás dejara de serlo

Hay que tener en cuenta
Que las palabras, se las lleva el viento
Que podemos ser no más que un fallido intento
Una lágrima que quiso ser aguacero

Que no perturba
Pero aparece en medio de algún recuerdo
Y en seguida quiere ser sonrisa
Para fingir que el corazón recobro el aliento
Y ya no llora por las noches solo
Que ya no vive cada instante muriendo

Hay que tener en cuenta
Que el paraíso, puede ser un infierno
Que de nada sirve aparentar
Si es dolor lo que estas sintiendo

Y no te olvido, eres este paso que nunca di
Estas ganas de vivir
En la noche en que te vi
En la mañana en que te perdí

A ti olvidarte nunca
Antes me olvido de mí